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os tejidos en lana y algodón
representan uno de los oficios de mayor tradición para los izanos. Su origen se
atribuye a un legado de Bochica, el dios civilizador del pueblo Muisca. Así, incluso
antes de la presencia colonial española, en el pueblo y en todo Boyacá, su gente
se destacó como excelentes tejedores de mantas en algodón, las cuales eran
objeto preferido como presentes a los caciques y jeques. Durante casi todo el
pasado siglo XX, y ya combinando el
algodón nativo con la lana de las ovejas traídas por los europeos, la actividad
ocupó un renglón importante en la economía local. Las cobijas de Iza se vendían
en los mercados cercanos de Sogamoso, en Bogotá y también en otras regiones de
Colombia, en el Tolima, en Antioquia y en especial en la zona cafetera, donde
se utilizaban para aligerar el proceso de secado del grano, dada la cualidad
térmica de las mismas.
En Iza esta tradición y el
oficio aprendido no se pierden con el tiempo. Se crean diseños y se retoman las prácticas
artesanales amigables del Medio Ambiente, por ejemplo al utilizar tinturas de
origen vegetal, y al emplear las técnicas de telares ancestrales que no generan
contaminación. Los actuales tejedores se preocupan por ofrecer variedad sin
perder la autenticidad de sus productos, como una ocupación alterna de la
llamada Economía Naranja.
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